dissabte, 7 de desembre del 2013

LA ESPIRITUALIDAD EN LA POLÍTICA


Cuando la política está llena de convulsiones, conviene aportar reflexiones que supongan un cambio de paradigma en la concepción dominante sobre la misma. Y no sólo en períodos electorales, sino siempre. Quizás se podría aplicar a la política aquella máxima que afirma que no hay nada más práctico que una buena teoría.

Y la teoría sobre la que me gustaría realizar alguna reflexión es que urge aportar una concepción espiritual de la política, como parte evidentemente de una concepción global de la vida.

Hablar de espiritualidad en la política puede parecer paradójico, en una actividad sometida a tanto descrédito. Hoy la política se concibe mayoritariamente como una lucha por el poder, con pocas ideas sólidas y muchas estrategias, estadísticas e intrigas, aplicándose a menudo el criterio de que todo vale, se note o no, para acceder y mantenerse en el poder.

Ante esta situación me interesa proponer el cambio de paradigma mencionado. Un cambio en la manera de entender la política y especialmente un nuevo lenguaje, más positivo (que por otro lado comporta volver a los clásicos "premodernos").

Estoy convencido de que es urgente aportar a la sociedad actual una nueva manera de entender la política para dotarla de mas prestigio, de mayor sentido constructivo, de manera especial para que promueva valores humanos y actitudes responsables.

Como es conocido, la política es una palabra que proviene del griego, y que significa gobierno de la comunidad. Pero hoy nos encontramos con una ausencia importante de sentido de comunidad y de pertenencia.

Por ello, se necesita resituar la política en la construcción del país, de la nación, de la comunidad, en definitiva. Si no se produce dicho sentimiento de pertenencia, no hay comunidad y la política entra en crisis. La política puede convertirse entonces en una gestión del conflicto social a partir de la desvinculación de las referencias comunitarias (algunos hablan incluso de una etapa postnacional), sin una preocupación real por los demás, ni por el bien común (que, recordemos, no es la suma de los intereses particulares, sino los intereses generales o comunitarios).

Con una mayor referencia comunitaria, el político debería ser una persona preocupada por los demás y por el país, que actúa en un sentido constructivo y que, en consecuencia, realiza una actividad muy trascendente.

Al vivir más allá de su estricta individualidad, lleva a cabo una actividad espiritual, de donación a los demás, de servicio, lo cual es, sin duda alguna, una de las facetas más nobles y excelsas de la vida humana. Ese actuar para los demás, deviene algo trascendente y, por tanto, espiritual. No nos iría mal releer a Mounier y su personalismo comunitario en las actuales circunstancias de la vida política.

Pero resulta que la palabra no hace la cosa, y podemos observar políticos que no hacen política, que más bien viven de ella, o de la dependencia de lo que en ocasiones se ha llamado "la erótica del poder". Para mi estos tipos humanos son una muestra de decadencia personal, que repercute negativamente en el país.

En contra de ellos, propongo una nueva manera de hacer política que se fundamente en el retorno a la comunidad. El político que sabe trascender porque no se ocupa de sus intereses propios o egoístas, incluso sólo de partido, sino de esa comunidad, realiza una profunda actividad espiritual.

Ante los nuevos retos que se nos avecinan en el mundo entero, podríamos tener en cuenta las consideraciones anteriores para valorar qué nos está pasando. La baja calidad de la democracia, pervertida en partitocracia, sectarismo y demagogia, necesita a mi juicio un nuevo anclaje espiritual, en políticos y en ciudadanos.


“Habría que evitar que la Constitución fuese empleada como arma arrojadiza”

http://www.teinteresa.es/politica/Joan-Lluis-Perez-Francesch-Constitucion_0_1042097630.html


1- Con la perspectiva de estos 35 años, ¿cuál cree que es la mayor virtud de la Constitución? 
Una gran virtud ha sido generar una vida política mínimamente tranquila y aceptable durante una etapa larga, lo que teniendo en cuenta la historia contemporánea de España ya es bastante. Otra virtud ha sido el amplio grado de consenso con el que se hizo, lo que le ha dado una gran estabilidad. 

2- ¿Y su mayor error o defecto? 
El hecho de que sea una Constitución tan duradera se ha convertido a la vez en un defecto por la dificultad de mantener ese consenso a lo largo de 35 años.

3- ¿Qué tomaría de otras constituciones para mejorar la nuestra? 
Yo creo que nuestra Constitución podría mejorar en una mayor profundización democrática, que se debería extender a la democratización de los partidos políticos y de las instituciones del Estado. También tomaría prestada una mejor respuesta a los retos territoriales, aunque el caso español sea diferente a otros de nuestro entorno. En ambos casos podríamos tomar como modelo las constituciones de Alemania y Estados Unidos.

4- ¿Cree que la Constitución ha quedado obsoleta en algún aspecto? 
Creo que ha quedado obsoleta en bastantes aspectos. Por ejemplo – y esto se pone de manifiesto en el dictamen del Consejo de Estado de 2006 – ha quedado obsoleta en la falta de igualdad en el acceso a la corona, en la integración de la Unión Europea como elemento indispensable, habría que reformar el Senado cuya estructura es completamente inútil, habría que reformar el papel de las comunidades autónomas en el conjunto del Estado dándoles más relevancia… La Constitución ha quedado obsoleta en muchos aspectos porque casi no se ha cambiado nada en 35 años.

5- ¿Cree que hay algún artículo que se incumple tanto en letra como en espíritu? ¿Está suficientemente defendida la Constitución? 
El problema para mí no es la vulneración de un artículo concreto sino cómo se ve la Constitución en su conjunto. En ese sentido a veces veo una interpretación poco generosa en el reconocimiento, por ejemplo, del pluralismo territorial. Por otro también veo que a veces se interpreta la Constitución como un elemento muy inquisitorial, como un arma arrojadiza para prohibir cosas. Habría que intentar que la Constitución fuese más ‘simpática’ en determinados planteamientos si realmente quiere ser integradora, sobre todo en cuanto a temas territoriales como puede ser la integración plurinacional.

6- ¿Cuál cree que será la próxima reforma de la Constitución? ¿Cuál cree que debería ser?
Creo que hay cuestiones que son un tanto técnicas pero que deberían renovarse. Por ejemplo, en el Título VIII de la Constitución todo lo que hace referencia al acceso de los territorios al estatus de comunidad autónoma es como una disposición transitoria que podría suprimirse porque ya han pasado años. Otro elemento sería la referencia a la financiación de los territorios como el concierto vasco o navarro. No entiendo por qué determinados territorios tienen estos privilegios y creo que nada impide el equilibrio financiero o la extensión del privilegio a otros territorios. En cuanto al Senado creo que habría que reconvertirlo. Si las instituciones son caras mucho más lo son las que no sirven para nada. Además es incoherente en un estado compuesto que debería tener una representación de las comunidades autónomas.

7- Teniendo en cuenta su edad y las tensiones a las que se ve sometida, ¿qué salud y qué futuro le augura a la Constitución?
A mi me gustaría que la Constitución pudiese durar muchos años y ser útil, sobre todo para la convivencia. Si fuese posible reformar todo aquello que fuese necesario la Constitución podría seguir manteniendo su vigencia. También me gustaría que la Constitución se interpretase en un sentido democrático e integrador, que no fuese vista como un reglamento de prohibición. Si conseguimos que la Constitución se interprete de esta manera más generosa y entre comillas “simpática”, a mí me gustaría augurarle mucha salud. Ahora si la empleamos como un arma arrojadiza o un instrumento de defensa frente a las demandas sociales, la Constitución se convertirá en un obstáculo, en algo inútil y habría que cambiarla y poner otra. En todo caso estamos en un momento de tanta incertidumbre que nunca sabemos cuánto van a durar las estructuras. Si hay algo que define nuestra época es la provisionalidad permanente.  


http://www.teinteresa.es/politica/anos-Constitucion-tiempo-reformas_0_1042097600.html



No hi ha justícia!

La llibertat de molts ciutadans i el sentit de justícia es troben conculcats per una concepció totalitaria de la constitució i el dret
L’acció dels poders públics posant al servei dels ciutadans institucions com ara l’administració pública o el poder judicial, esdevé cabdal per tal de fer efectiva la virtut cívica de la justícia. Hi ha d’haver una complicitat entre Estat i societat, en el sentit que ambdós confiin en aquestes institucions per tal de construir una societat amb justícia. Per això, quan no es posen tots els mitjans per a dotar aquestes institucions de recursos efectius, àgils, transparents, quan no hi ha una efectiva accessibilitat, tot plegat repercuteix negativament en la consciència ciutadana i afecta a l’ideal de justícia. Si un procés triga més temps del necessari, si no es respon a demandes socials majoritàries, i determinades institucions no són valorades positivament perquè no esdevenen útils per tal de solucionar els problemes dels ciutadans, la justícia com a valor cívic es pot veure malmesa, tot generant-se actituds de pèrdua de confiança en el “sistema institucional” o de descrèdit de les institucions que són perilloses per a la convivència. I una convivència pacífica, única que pot rebre aquest nom, depèn de tothom, dels ciutadans i dels poders públics. Podem afirmar, per tant,  que ambdós han de ser virtuosos i guiar-se per criteris de justícia.
Quan parlem de justícia hem de tenir present altres conceptes profundament relacionats, com són la igualtat (la real i no només la formal), i la proporcionalitat de les accions humanes i de les decisions públiques. La justícia per tant, tot i que es pot moure en el camp del dret, és un element de la vida, que hauria d’impregnar les actuacions de tothom. Si mes no aquesta sembla una aspiració legítima, per tal de millorar la societat; una societat més justa en el seu conjunt i en les relacions entre les persones.
Una societat , en definitiva, que tingui ben present el valor de la justícia estarà preparada, com els seus ciutadans, per a resistir-se a les injustícies. Com va dir Ihering, resistir-se a les injustícies és un deure de cadascú amb ell mateix, és un deure moral, però al mateix temps és un deure envers la societat. La justícia s’oposa així a la arbitrarietat i als abusos d’uns sobre els altres i requereix uns poders públics que la promoguin i la facin efectiva.
Des d’una perspectiva humanística, és important reflexionar sobre com són o haurien de ser les actuacions de les persones, i quines són les creences dominants a la societat: avui un mínim inexcusable és defensar el respecte als drets humans, amb el problema de trobar una base ètica universal que els defineixi. Què és la justícia, per tant, forma part, d’un debat social i de concepcions personals, en el que hi influeixen els elements anteriors i que com en tots els temes humanístics no té una definició definitiva. El debat sobre allò que és just o injust és això: un debat, ètic, moral i jurídic, obert o pendent de construcció, en cada moment històric, però que hauria de tenir algun element de permanència propi dels valors de civilització.
Per això, el valor que defineix el que pot ser just segueix essent el de donar a cascú el que es mereix, el que es seu i d’aquesta manera construir una societat el més cohesionada possible, i en conseqüència amb les màximes cotes de justícia. Aquí el dret té un paper destacat com a instrument ordenador per a propiciar el valor de la justícia. Una societat justa i amb ciutadans que se sentin ben tractats en les seves demandes de justícia, esdevenen els punts d’arribada de qualsevol procés d’institucionalització política, que pel que a nosaltres ens interessa és l’Estat de Dret. Com es recorda sovint, l’Estat de Dret no és un Estat amb normes –això ho seria qualsevol Estat- sinó aquell que fa possible la limitació del poder absolut, que garanteix la seguretat jurídica, i que sobretot protegeix els drets subjectius de les persones. 
D’aquesta manera, una comunitat política civilitzada es regeix avui pel dret. Com va afirmar Sant Agustí i després ens recordà Kelsen, la convivència regida per un ordenament jurídic ens permet legitimar les institucions existents i diferenciar l’Estat d’una banda de lladres, en una expressió realment gràfica. El dret objectiu (les normes jurídiques) es construeix a partir del respecte i promoció dels drets subjectius.  Què millor que observar que l’ordenament jurídic regula, garanteix i promociona els drets de les persones i dels col·lectius? El dret no és un producte de laboratori sinó conseqüència de factors socials i morals, i malgrat el que alguns puguin pensar no és un conjunt de normes per a prohibir-ho tot sinó per a regular ordenadament, a través de regles de procediment, límits i criteris interpretatius, entre els que destaca el “favor libertatis”, és a dir, el respecte màxim a la llibertat. D’aquesta manera, l’ordenament jurídic és un instrument de promoció de la justícia, o el que ara és el mateix, la llibertat.
Avui, en el nostre context més inmediat podem afirmar, sense por a equivocar-nos que la llibertat de molts ciutadans i el sentit de justícia es troben conculcats per una concepció totalitaria de la constitució i el dret, sense cap deferència a les persones que, com el cas de Catalunya, volen participar en la construcció de la justícia mitjançant el dret de vot. Un dret inalienable, garantit per la constitució i els tractats internacionals i perfectament exercitable en el marc normatiu vigent a l'Estat espanyol. I sobretot perfectament realitzable dins el sentit més democràtic de l'Estat de dret. Quan temps es podrà intentar negar la força decidida d'un sector de la ciutadania espanyola d'expressar-se, de fer-se justícia, de no respondre per part de les institucions públiques a les autèntiques demandes socials majoritàries malgrat que minoritaries en el conjunt de l'Estat? 

Protegir els menors (i els adults) davant la televisió

Cal plantejar-se molt més seriosament  la protecció de la infància i la joventut.
Penso que és urgent plantejar-se la protecció de la infància i la joventut, tant en allò relatiu als horaris com pel que fa a la qualitat informativa i dels programes televisius. El cas és greu perquè segons les estadístiques els menors passen gairebé el mateix temps davant la televisió que a l’escola, la qual cosa em sembla una aberració.
El més preocupant es que els infants poden arribar a socialitzar-se majoritàriament mitjançant els suposats valors de la televisió en contra dels de la família o l’escola. Com s’ha recordat, la televisió és com el carrer on passa de tot, i per tant caldria introduir  controls adients, per tal de garantir els drets dels pares d’escollir la formació moral dels fills i el respecte a la familia.
No em sembla de rebut l’argument de “no posar la tele”, o de restar continuadament al costat dels menors tutelant tots els seus actes minuciosament. Potser això estaria bé, però el problema és molt més complex. És a dir, així com al carrer no es pot fer qualsevol cosa, tampoc crec que la televisió pugui emetre el que vulgui sense cap control. Aquesta és la perspectiva que vull comentar. De mica en mica s’està avançant, però encara resta molt camí per recórrer, i no guiar-se només per criteris econòmics. A l'Estat espanyol, a diferència de tots els estats europeus, no hi ha cap ens regulador de continguts televisius i de supervisió dels horaris protegits.
El més preocupant és que els infants poden arribar a socialitzar-se majoritàriament mitjançant els suposats valors de la televisió en contra dels de la família o l’escola. Una deixadesa de funcions de les institucions públiques que no es pot deixar a l'albir de codis deontològics que no serveixen de res, front els interessos dels grans grups mediàtics que dominen la televisió privada o front la polítització sectària en la pública. La televisió és per a veure-la, no sé si per a viure-la. 
El problema és per a mi molt greu, atès que avui ja no sabem, des d’una actitud crítica quin es el relat de la veritat de tot allò que ens passa com a persones, com a societat, o com a país, si ens guiem massa per tot allò que surt a la televisió.
L’excés d’anuncis, el sectarisme informatiu, el dirigisme polític encobert, la renuncia a una autoregulació creïble, provoca en massa casos una feina difícil i imprescindible d’organismes que com el CAC -Consell de l'Audiovisual de Catalunya- haurien de posar de manifest totes aquestes deficiències, des d’una independència real i al servei de la veritat informativa i el respecte dels drets de l’audiència. La televisió no pot ser un instrument al servei de la enginyeria social, amb total impunitat.

És important la veritat!

Necessitem més veritat per viure dignament. Harry G. Frankfurt, ha escrit sobre la importància de la veritat en el món social, en contra de l'escepticisme, del relativisme, del cinisme i l'engany. Avui necessitem, certament, creure en la veritat, com un element indispensable per atorgar més credibilitat a la política. 
 
Necessitem la veritat per viure amb plenitud. Podríem dir que la veritat és un dret individual i col·lectiu, de tots i cadascun dels ciutadans. Es tracta d'una cosa molt important per poder contraposar les idees amb un fonament racional d'aquelles que parteixen de prejudicis o que senzillament són mentides. Es un retorn a posar de manifest el principi evangèlic "veritas liberabit vós", la veritat us farà lliures.
 
Un país que es conforma amb mitges veritats és un país, al meu parer, instal·lat en la confusió i per tant abocat a la decadència i fins i tot a la indecència. Curiosament, avui en dia, quan més podem saber gràcies als mitjans d'informació, de comunicació i de transmissió del coneixement, més dubtes ens plantegem sobre la veritat d'allò què passa al nostre voltant. Per això, actualment, la veritat és un valor més important que mai, perquè vivim en un context de sobresaturació informativa, i també en massa ocasions, de gran confusió .
 
Necessitem un relat sobre molts aspectes de la vida en comú, sobre la vida social i política, a partir d'altes dosis de veritat. No una recreació des d'opinions o punts de vista contradictoris. Hem de saber diferenciar fets i opinions. I això és especialment important per als personatges públics i per als professionals de la informació.
 
Al meu parer, la confusió se'ns ha instal·lat al discurs col·lectiu. Per exemple, primer se'ns va negar des del Govern espanyol  la crisi econòmica, utilitzant paraules com desacceleració i altres eufemismes perquè no volien perdre vots. Un cop celebrades les eleccions generals del 2008 i aconseguida la victòria el tema es va enfocar d'una altra manera, i es va admetre la crisi, perquè no es podia anar en contra de l'evidència, fins a caure en desgràgia el projecte "zapateril" a les darreres eleccions generals. Un altre exemple és el caos dels trens de rodalies a la conurbació de Barcelona, el qual sembla que no hi ha manera de solucionar i definir què passa i explicitar una solució, què passa sens dubte per intervertir més i millor. Un greuge inadmissible si el comparem amb la conurbació de Madrid. Un últim exemple: el procés sobiranista obert a Catalunya des de fa un parell d'anys. Encara que s'entestin en fer-lo apareixer com a inconstitucional no ho serà mai perquè s'intenta fer en el marc de l'ordenament jurídic vigent. Aleshores, per què ens diuen alguns que és impossible? Per pur cinisme i sectarisme. No hi ha veritat. De fet, totes les opcions, les partidàries del dret a decidir també, ens expliquen el seu discurs, en una gran confusió entre opinions i veritat. I una darrera cosa: algú pensa que l'opció federal és avui constitucionalment admissible? Caldrà reformar la Constitució. En canvi per a exercir el dret a decidir no! És més moderat el dret a decidir que el federalisme. Però no interessa dir la veritat.
 
De fet, segons les opcions polítiques es ven una o altra resposta als problemes o situacions de la vida pública. No obstant això, a mi em crida l' atenció el fet que si bé ningú confiaria en un tècnic o professional que no digués la veritat, hi ha un cert relativisme sobre la necessitat que els polítics o els periodistes diguin la veritat, i tota la veritat. Sembla que tenim integrat a la nostra consciència que en política no dir la veritat o dir allò que fa guanyar vots a cada moment, encara que no sigui del tot verídic, pot arribar a ser positiu i acceptable. Surrealista.
 
 
 

La societat del lleure. Malgrat les àmplies ofertes de lleure que tenim, com ha dit el sociòleg John Tribe, “no semblem una societat descansada”.

Tot i la gran crisi econòmica que patim s'acosta una època d'esperança per als comerciants. Com a mínim aquest pot ser un missatge positiu per a la gran festa del consum en què s’han convertit les celebracions del Nadal, Cap d’Any i Reis. Consum i lleure, en el seu cas, per a qui hagi pogut gaudir de vacances o de descans laboral. Per a qui pugui, perquè l'austericidi al que estem tots sotmesos no deixa gaire possibilitats de despesa, i ens condemna a la recessió progressiva.
De tota manera, l'home d'avui cerca el temps lliure. I d'altres, gràcies en part a això, obtenen alguna ocupació al sector serveis. Ara bé, malgrat les àmplies ofertes de lleure que tenim, com ha dit el sociòleg John Tribe, “no semblem una societat descansada”. Efectivament, cada vegada tenim més objectes lúdics, li dediquem més diners a coses que ens satisfan en termes d’ociositat, però tot plegat no sembla satisfer plenament a molts que poden accedir a tots aquest serveis i, a més, margina a aquells que no hi poden accedir. Queda clar que la felicitat es troba en altres aspectes.
No sé si l’òrgan fa la funció o és a l'inrevés, però la societat del lleure en la que estem instal·lats ens ha provocat, a parer meu, un model de persona en què el descans no es conseqüència del treball sinó un fi en si mateix. Alguns han parlat de la “macdonalització” de la vida, o d’una mena de “Disneylandia” en la que sembla que allò més important de l’escala de valors és  la diversió –en ocasions, quant més frívola millor- i com un encanteri uniforme, que es resumiria, en la fal·lera que arribi el cap de setmana, les vacances o els ponts.
El lleure, a més, no és igual per a tots. Hi ha en primer lloc el lleure involuntari, és a dir, la no ocupació per manca d’un lloc de treball, amb la conseqüent frustració que això comporta. En segon lloc, hi ha la persona superocupada, fins i tot aquella que guanya molts diners, però que no té  temps per a descansar una mica, o per estar amb la seva família, i quan pot descansar ho fa de manera compulsiva, anant-hi a un “parc temàtic” o fent un viatge a un lloc quan més lluny i exòtic millor. D'altra banda, no podem oblidar la massificació. Un dia volem anar, per exemple, al teatre, al cinema, a un espectacle, i ens trobem amb masses immenses de gent que han tingut la mateixa idea que nosaltres. I això passa malgrat la crisi. Es com una paradoxa, o potser com un reducte o un alliberament temporal per a molta gent.
Penso que -tot i que cadascú farà el que pugui, i vulgui, perquè no serè jo jutge de les accions alienes- si valoréssim més el dia a dia, la qualitat de vida consistent en la qualitat de les relacions personals, i sapiguèssim aprofitar el descans com una activitat enriquidora en termes humans,  podríem tenir una vida més tranquil·la i més relaxada. Perquè l’autèntica riquesa avui és gaudir de temps amb qualitat de vida i no pretendre descansar compulsivament i massificadament. Això, és clar, qui ho pugui fer, perquè la nostra societat està cada cop més podrida, curtcircuitada, trencada i ha generat -amb consciència o sense- la serp verinosa de l'exclusió social, la pobresa estructural, la marginació, la desesperació. Un espai on la vida s'escola sense lleure, sinó amb angoixa i desesperació.  

Dret a decidir i legitimitat de les institucions

No es pot condemnar a la inconstitucionalitat gratuïta una part del poble.
Ara que a Catalunya es vol exercir el “dret a decidir” i portar a terme una consulta sobre el seu reconeixement com a subjecte polític sobirà, cal recordar que el respecte a les institucions pròpies de l’Estat de Dret com és ara la Constitució no vol dir recórrer a una mena de catecisme per a impedir-lo, sinó un punt de partida per a possibilitar-lo. Això és així perquè la constitució, no és un reglament inquisitorial, sinó que s’ha de moure dins les estructures d’una concepció democràtica de la vida i de la interpretació del dret. Els governants s’han d’esforçar en fer actuacions constitucionals i no afirmar alegrement que el dret a decidir és impossible. S’han detectat com a mínim cinc vies perfectament constitucionals per a fer la consulta. No es pot condemnar a la inconstitucionalitat gratuïta a una part del poble. Es inacceptable des del punt de vista de la legitimitat d’exercici
Quan s’afirma la importància de l’Estat de Dret  es remet a una concepció de la vida basada en la legitimitat racional de les normes jurídiques , en la limitació del poder expansiu de l'Estat  - separació de poders i garantia dels drets fonamentals- i tots els mecanismes institucionals dels que s'ha dotat la civilització. El respecte a la llei i als drets de les persones ha de ser el fonament d'una convivència civilitzada , que persegueixi la pau i la justícia . Per assolir aquest objectiu cal el diàleg permanent amb tots els sectors interessats i destinataris de les normes. La legitimitat d'origen ha de continuar per mitjà de la legitimitat d'exercici, essent incompatible amb la prepotència, l'abús dels recursos jurídics , la imposició o el sectarisme . Entenem que res desprestigia més les institucions pròpies de l'Estat de Dret que el voler-se apropiar d’elles tot identificant els interessos de partit amb els de l'Estat.
D’altra banda, entenem que la democràcia es fa més real quan supera el fet de ser un mer procediment articulador de la governabilitat . En aquest sentit , la democràcia ha de conciliar ètica i política Per avançar en la democràcia s'exigeix un perseverant esforç integrador de tots els membres de la comunitat , per així aconseguir la seva plena realització com a persones . En aquesta comunitat integrada i integradora resideix la justificació d'una democràcia participativa , que porti a terme la màxima del "govern del poble" , sense cap tipus d'exclusió .
Finalment , em sembla radicalment rebutjable el colonialisme cultural i polític, que uniformitza injustament la diversitat entre les persones , els pobles i les nacions , i que posa en perill llur pervivència. Cal una nova cultura per preservar i potenciar el pluralisme , que és la vida . Això ha de ser una exigència ètica i política, conseqüència del reconeixement de la diversitat com un patrimoni de la humanitat
A l'Estat espanyol és urgent prendre partit per una concepció humanista i personalista de la política , de la qual se’n  deriven les consideracions anteriors. I no només amb paraules sinó amb fets. Caldrà veure a què juga cadascú. Sense trampes.

dimecres, 23 d’octubre del 2013

La “doctrina Parot” i el desprestigi de les institucions


Darrerament l’estat espanyol no presenta símptomes de gaire prestigi institucional. Quantes institucions podem dir que funcionen bé? El col·lapse institucional en el cas de la doctrina Parot es reflecteix en una interpretació  de l’aplicació del codi penal que com era de preveure no ha estat avalada pel Tribunal Europeu de Drets Humans.

Més enllà de posicionaments jurídics i polítics concrets, i dels fàstics que ens puguin fer algunes persones que poden sortir en llibertat, hi ha un principi essencial de l’estat de dret que és el de la irretroactivitat de les disposicions desfavorables o restrictives dels drets. L’anomenada doctrina Parot va ser un intent de fer dir als jutges, en la fase d’aplicació de la llei, allò que aquesta no deia. Quan es va reformar el codi penal el 2003 el legislador va endurir el règim de sancions penals, tendent a un compliment més íntegre de les condemnes. Però en els casos anteriors, no podia aplicar-se un criteri sobre el que no es podia tenir un coneixement previ, ni una expectativa. El TEDH ha protegit la persona privada de llibertat il·legalment, com no podia ser d’una altra manera.

Al meu parer, el més criticable d’aquesta situació és la deixadesa de funcions del Govern i de les Corts Generals. Ara, el Govern central sembla que torna a rentar-se les mans, com si no anés amb ell, dient que és un tema propi de la independència dels jutges. I la política criminal? I la lluita antiterrorista en el marc del tan esmentat Estat de Dret?  En pocs mesos el TEDH ha tombat dos temes especialment sensibles per als drets humans a l’estat espanyol: els abusos de les hipoteques i la irretroactivitat de les sancions penals.

Costa creure en les institucions espanyoles, perquè no es respecten els criteris més elementals de l’estat de dret. I a sobre alguns s’omplen la boca de la paraula constitució, quan són els primers en vulnerar-la. Necessitem governants que compleixin la constitució, de la que s’omplen la boca, com en el cas del nostre “dret a decidir”. No serà que no s’esforcen en fer interpretacions realment constitucionals que respectin els drets de les persones?

Els abusos en l’aplicació de la llei penal són inadmissibles perquè justícia no es revenja, l’aparició estel·lar d’indesitjables terroristes i de delinqüents de la pitjor condició traumatitza a la bona gent, i des d’Europa es  reclama un principi central de tota societat civilitzada com és la seguretat jurídica.  L’ombra del Quixot planeja arreu.


dijous, 3 d’octubre del 2013

Acció humana i responsabilitat social de la persona. Deu proposicions.

(*)  
A les següents línies em proposo aportar algunes consideracions sobre l’acció humana  com a propiciadora de la responsabilitat social de la persona. Entenc que la persona té una vocació de transcendència en el si de la comunitat a la que ha de servir, què permet el seu màxim desenvolupament, en la línia del personalisme comunitari. Avui, quan ens assetja una deshumanitzadora crisi no tan sols econòmica sino de valors humans, la reflexió sobre què podem fer per tal de millorar i “humanitzar” el nostre entorn vital em sembla especialment important.
Com a punt de partida voldria emmarcar les meves reflexions en el següent context:
L’acció humana s’ha d’orientar a “fer el bé” als altres, i a un mateix, la qual cosa comporta saber què és el bé comú, que no és la suma dels interessos particulars sinó un interès general, del cos social, de la comunitat. Tampoc és necessàriament un bé determinat per la majoria i prou, atès que caldrà respectar l’existència de minories, òbviament com a tals minories. D’altra banda, l’acció humana s’orienta molt sovint al “tenir” i no sempre a l’”ésser”, i sembla útil reorientar la seva prioritat envers el “benésser” més que el benestar. A més és important l’omissió, orientada a no molestar, a deixar fer, o fins i tot la “comissió per omissió” en casos d’especial vinculació d’una persona amb un altra.
L’acció humana ha de ser responsable.  La responsabilitat es  desenvolupa de forma individual (personal) però també col·lectiva (en el si de grups humans, com l’empresa o la família, entre molts d’altres).
L’acció humana ha de centrar-se  en l’ésser, de manera que així permeti el desplegament de la intel·ligència en tots els àmbits: racional, emocional, espiritual.
L’acció humana responsable és aquella que fa possible el “retorn” de la persona a la col·lectivitat, com “acció de gràcies” per així construir un país amb qualitat humana.
Des de les premisses anteriors, proposo les deu idees següents:
1.- Avui l’acció socialment responsable més important és “ajudar els altres”, qui pateix, qui viu en soledat, etc. Així, la màxima acció humana socialment responsable és l’amor, i viure  la caritat, per a fer possible la “civilització de l’amor” i el mandat evangèlic d’estimar-nos uns als altres.
2.- Cal preocupar-se per tal de construir la pròpia personalitat. Aquesta és una acció sobre un mateix. Cal que tinguem cura de nosaltres mateixos, i que ens cultivem (educació) de la forma més integral possible (intel·ligències múltiples) i en especial que no obliden la capacitat d’introspecció per a cercar la pau interior. Avui ens urgeix saber estar sols i en silenci, com aspectes constructius de la vida.
3.- L’emprenedoria és cabdal. Vol dir, tenir iniciativa per intentar crear riquesa, treball, i sempre ser conscient del retorn que hem de fer a la societat que ho ha permès, perquè els altres s’han esforçat per mi. Cal superar la cultura del subsidi, i posar en valor elements com la iniciativa privada a l’economia, el principi de subsidiarietat, o l’ètica en els negocis.
4.- Hem de construir relacions humanes sòlides i duradores. Ens urgeix superar el món líquid (Baumann) que no permet gaudir d’estructures amb un capital humà i social de qualitat i amb estabilitat.
5.- Hem d’intentar no viure tan de pressa. Recordem el moviment “slowly” als USA. Cal ser més conscients de tot allò que vivim, ser més reflexius. No per fer moltes coses serem més feliços ni ajudarem més als altres. La tranquil·litat existencial és un valor imprescindible per a desenvolupar accions humanes socialment responsables. La serenor i el seny són essencials per a viure amb més profunditat.
6.- Necessitem ésser competents, no tan sols competitius. Per tant, no podem caure en enveges, en la indiferència envers els altres, en l’agressivitat o en les comparacions permanents.
7.- Hem de treballar a favor del canvi social real. Es a dir, per un “nou paradigma postmaterialista” que comporti una manera diferent de viure (no pretendre com a màxima aspiració el trinomi immediat cap de setmana-cotxe-casa), lluiti amb eficàcia contra la corrupció i la prepotència tan comunes a la nostra societat, que superi l’actual col·lapse institucional en el que ens hem situat al vell continent. Certament, tinc la sensació que avui hi ha una crisi sistèmica sobre la manera de viure que ens obliga a un replantejament global si volem fer alguna proposta socialment responsable. Tot i reconèixer la gran quantitat de persones que fan el bé.
8.- S’ha d’introduir a les nostres vides el sentit de l’agraïment. Ser agraït és una gran qualitat humana, com ho és situar la vida en l’àmbit dels deures i no tan sols dels drets. Per exemple, no podem parlar només del fet de pagar impostos, és a dir, ésser contribuent com a  fonament dels nostres drets. Això és cert i molt important, però cal dir-ho després d’assumir que primer hem de donar gràcies per tot allò que els altres han fet i fan per mi, tant des de la societat com en el seu cas des de les instàncies polítiques.
9.- Els mitjans de comunicació han de ser socialment responsables de llurs informacions. Recordem que el dret a la informació recau només sobre la veracitat. Hem de perseguir i denunciar el terrorisme informatiu i  les calumnies gratuïtes.
10.- Cal que posem en el centre de tota la vida la persona humana. No els mercats, les estadístiques, la macroeconomia... I una persona estructurada, en comunitat (família, nació, àmbits de socialització formal i informal), vinculada (amb sentit del compromís), centrada en una cultura del sí i un llenguatge positiu, amb drets i deures, amb cultura i intel·ligència, amb una clara vocació per passar dels lligams merament societaris als comunitaris.
Heus aquí algunes idees que espero serveixin per a una meditació assossegada i per accions humanes responsables. En tot cas, aquesta és la meva esperança.




[*]  Guió de la conferencia-col·loqui impartida per l’ autor amb el títol “Acció i responsabilitat social de la persona” a l’Aula Mounier del dijous 18 d’abril de 2013, a la Sala Sant Jordi. Facultat de Filosofia de Catalunya (URL). 

dissabte, 14 de setembre del 2013

Han passat els anys!

Els anys de la vida passen i resten en nosaltres. El Santuari de Puiggraciós ha estat durant els darrers decennis un indret de trobada espiritual i d’acolliment humà de gran qualitat, en gran part per la presència de les monges.
A molts de nosaltres, la referència de Puiggraciós ens ha permès ésser el que som.  I poder dir com el poeta que confessem que hem viscut...
En el meu cas, durant més de vint i cinc anys he estat col·laborant en activitats culturals, espirituals, de fe. I sempre m’he trobat un ambient molt positiu i agradable. Gent disposada a donar una part del seu temps per a fer visible el Santuari, i per a testimoniar una fe, la dels pares, i mantenir la fidelitat a una terra que ens ha donat els mots.
Avui estem una mica tristos perquè ens diuen que dues germanes, la Maria Teresa i la Griselda marxen cap a Barcelona, al Monestir de Sant Pere de les Puel.les. De fet no ens deixen, perquè restaran al nostre cor, com a peces del gran pessebre de la vida de la nostra contrada.  Però els canvis sempre amoïnen una mica. Ho superarem, perquè és una aposta per la continuïtat de la presència de les monges al Santuari, una aposta per l’esperança en aquest temps convuls.
Voldria agrair la presència de les dues germanes, i de la gna. Rosa també. Les tres sempre amb un somriure, amb paraules amables, i sobretot amb una expressió per a mi molt emocionant: “preguem per vosaltres”. Es una cosa que no m’ha dit gaire gent a la vida... Preguem per tu, et tenim present a les nostres pregaries... Quines paraules més profundes, més plenes de sentit. El món necessita la pregaria, per salvar-se.
Gracies per les vostres pregaries, gràcies per la vostra presència  espiritual.
Les monges m’han fet comprendre una dimensió de la vida que no sempre tenim prou en compte: la presència de l’Esperit entre nosaltres, la comunió dels fills de Déu en un amor que empeny i ens ajuda en la lluita per la vida. Un amor que sens dubte dona fruits, menys enllà de la nostra capacitat per a comprendre-ho.
Maria Teresa, Griselda, no marxareu mai. Sempre restareu amb nosaltres. Al nostre cor i al nostre record. Com tots els amics i amigues que estimen i han estimat el Santuari de Puiggraciós, que mai podrem oblidar.
I potser, sense ser pesats, uns anirem a veure algun dia a Barcelona, que tampoc és tan lluny...


dissabte, 31 d’agost del 2013

Sobre el proceso soberanista abierto en Catalunya y su Encaje Constitucional

Eunomia. Rivista semestrale del Corso di Laurea in Scienze Politiche e delle
Relazioni Internazionali
Eunomia II n.s. (2013), n. 1, 7-24
e-ISSN 2280-8949
DOI 10.1285/i22808949a2n1p7
http://siba-ese.unisalento.it, © 2013 Università del Salento

http://siba-ese.unisalento.it/index.php/eunomia

http://siba-ese.unisalento.it/index.php/eunomia/article/view/13009


Sobre la comparecencia de Rajoy en el Congreso (1 agosto)

http://www.teinteresa.es/politica/debate-servido_0_966504877.html

caso Bárcenas

Juan Luis Pérez Francesch, profesor de Derecho Constitucional en la Universidad Autónoma de Barcelona, cree que el debate no ha servido prácticamente para nada: "cada uno enrocado en sus planteamientos. No se ha añadido nada que no se supiese. Se ha celebrado una ceremonia que no ha aportada nada nuevo. Podría haberse celebrado antes. En todo caso, no deja de ser un hecho de democracia parlamentaria. Lo único es que no se ha avanzado nada. Quizás es que no se puede avanzar más, pero tengo la impresión que de ayer a hoy no hemos aprendido nada. A Rajoy lo he visto serio, muy incólume, venía enrocado con sus posturas. Todo lo llevaba escrito, hasta el discurso de réplica. Parecía un convidado de piedra".


Rubalcaba venía también enrocado. "No ha salido bien parado. Rubalcaba tampoco ha pretendido nada. Sumar más votos para una hipotética moción de censura que sabe que no va a ganar. Estaba excesivamente nerviosos y no ha ejercido ninguna labor de liderazgo desde la oposición contra Rajoy. Diría que Rubalcaba le hubiese ido bien ejercer el papel de líder de la oposición, de aglutinar a los partidos que están en el Gobierno, pero no le he visto con capacidad. Creo que Rajoy ha salido bien parado".

Pérez Francesch a Rubalcaba le daría un 6 y a Rajoy le podría un 7 pero con chuleta, en el sentido que lo llevaba escrito todo. "El problema que tiene como orador es que se apoya demasiado en el texto, por lo que pierde frescura en su manera de hablar. El debate deja el tema estancado. El asunto de Bárcenas continuará su propia inercia judicial, así que seguirá abierto. Dicho esto, Rajoy ha sorprendido. Nadie esperaba que hablara tan pronto de Bárcenas, al que ha citado 14 veces".



dilluns, 5 d’agost del 2013

Crisi d’humanitat i dret de decidir

Escric aquestes línies durant l’estiu, època de descans per alguns, no per a tots aquells que podrien i voldrien. La calma relativa em permet aportar algunes consideracions sobre la vida actual, marcada per la crisi en la que estem instal·lats. Hi ha qui diu que aquesta crisi és el començament d’una etapa nova de la nostra manera de viure com a societat. També he sentit algú que m’ha indicat que “benvinguda sigui aquesta crisi” perquè ens ha permès de tornar a la normalitat després de la bogeria de la bombolla dels darrers anys. Si mai hem estat a la “champions” vol dir que el nostre lloc és la “segona divisió”. I amb molta honra!  
 Ens han enganyat? Segurament ens hem deixat enganyar, si més no una part important de la població. Ja ens anava bé.  Però la crisi ens ha tornat a posar els peus a terra. Una terra dura, feta de treball i esforç, per a la majoria de la gent. El problema més greu per a mi és que ens han induït a una manera de viure que ha desvalorat el “factor humà”, i que ha valorat aspectes merament materials, de la immediatesa, de l’egoisme, de la competitivitat mal entesa. La crisi d’humanitat és el gran problema que hem heretat. Què són sinó els processos massius de desnonaments, i les entitats financeres dirigides per desaprensius i els organismes públics de control mirant a una altre part? Una visió del mon macroeconòmic que no té en compte les persones.
Si l’economia ha deixat de ser “humana” també ho ha estat la política. Algú pensa que la democràcia pot ser una forma de govern sense tenir en compte les persones? La manca de transparència, l’amiguisme, la impunitat, ens han tornat a posar sobre la taula els grans temes del regeneracionisme del segle XIX. Tenim els mateixos problemes de sempre. Ni Catalunya ni Espanya han aconseguit crear institucions regides per processos transparents, sense sospites de tractes propis de la picaresca. La gent ho veu, i es prepara un canvi de cicle. Caldrà recomençar. Potser és que no tenim país. Ens l’han xuclat alguns subjectes de la casta dirigent i s’han generat valors massa conformistes.
En el moment en que el sentiment independentista es més ampli i potent, em plantejo si tenim el país en condicions per a crear estructures d’Estat amb qualitat humana. Aquest és el gran repte. Voldria un país on els processos de decisió fossin més transparents, amb controls eficients, amb un sentit de la justícia social arrelat, amb capacitat per a generar condicions de vida integradores, nacionals en definitiva. No voldria tenir un Estat sense nació. El sectarisme és una gran divisa de la catalanitat, malauradament. En un moment com el que tenim al davant ens cal més unitat, a tall d’un mínim comú denominador. Cal que el busquem perquè no vindrà sol, ni per legislatures curtes que ens aporten més problemes que solucions.
Em domina un cert cansament, i un sentiment de tristor per la resposta ineficient de la política als problemes de la ciutadania. I malgrat això vull creure en la política, en la donació als altres per tal de construir junts un futur millor. Un futur que comença i acaba amb les persones. Potser només per això ja paga la pena ser partidari del “dret de decidir”.

El dret a la felicitat

El dret a la felicitat és certament difícil de configurar, i per això és fàcil fer bromes o comentaris simplistes. El dret a la felicitat però és un dret que ha estat teoritzat filosòficament especialment pels anomenats “utilitaristes”, els quals van tenir una força notable en el segles XVIII i XIX. Així, autors tan importants com John Mill, John Stuart Mill, Jeremy Bentham i altres van reflexionar molt seriosament sobre el plaer i el dolor, i com es podia mesurar el grau de felicitat que podia donar el primer, tant pel que fa a cada persona individualment considerada com socialment. En aquest segon cas, una de les conseqüències del principi de la major felicitat per al major nombre de persones fou la constatació que no tothom és feliç de la mateixa manera, i que per tant la felicitat de la majoria pot acabar per oprimir a una minoria. Aquest pensament que està en la base de la revisió del primer liberalisme s’expressà en el principi de tolerància.
Avui en dia seguim preocupats per la felicitat, per la llibertat i per la tolerància. Podem dir que els grans problemes de la humanitat son sempre els mateixos, i que cada generació es troba que tot està per fer i ha de començar a construir i reconstruir el present, i somiar el seu futur. Avui ens tornem a preguntar què ens pot fer feliços a cadascú de nosaltres i a la societat en el seu conjunt. Les respostes –com no pot ser d’una altra manera- son múltiples i variades. Ara bé, la pregunta anterior també es pot fer d’una altra manera: sobre quins valors construïm la nostra felicitat personal i social? I aquí, penso que sense el discurs dels valors la recerca de la felicitat pot ser un camí per a fugir del present, a través del consum i de l’oblit d’una realitat que massa sovint ens ofega. El discurs dels valors ha de posar l’ésser per damunt del tenir, l’educació i la formació humana com a fonament d’una cultura altruista, i cercar l’autèntica espiritualitat com a font de creativitat en tots els ordres. Així, potser es podríem redimensionar l’home i la dona actuals amb més capacitat crítica i constructiva, per tal que no siguin mers espectadors de les decisions autocomplaents dels gestors polítics i dels venedors propagandistes de tot tipus d’idees i productes. En ocasions, penso que una part de la felicitat en la nostra societat podria ser fer al revés d’allò que fa la majoria, per començar a pensar i decidir per un mateix. I sobretot, deixar de confondre la felicitat amb el consum.

Els defensors cívics, entre legalitat i humanisme

Davant d'aquells que consideren que hi ha institucions que sobren perquè costen diners cal reivindicar l'important paper de figures com l'ombudsman, defensors cívics i síndics, a l'hora de defensar els drets de les persones. 
Tenim el repte de fer front a dos grans aspectes per la convivència. Un primer és la necessitat de distingir entre legalitat i humanisme, especialment avui, quan vivim en una època de massificació, despersonalització i d'excessos en l'actuació dels poders públics, arribant a parlar-se de "mala administració". Com se sap aquest concepte al · ludeix no al problema de l'actuació il · legal, sinó a les males pràctiques i el maltractament innecessari a què pot ser sotmès el ciutadà en les seves relacions amb els poders públics, la qual cosa és inadmissible des d'una concepció democràtica. Un segon, la conveniència de saber reconèixer l'autoritat i diferenciar-la del mer poder. El Poder s'imposa, l'autoritat de reconeix. Avui dia cal també restablir el sentit de l'autoritat legítima, que és la que resol els problemes de les persones, per la seva capacitat de superar els conflictes, pel seu reconeixement social com "auctoritats", que molt sovint és un problema de sensibilitat, d'equitat i no de mera legalitat.
A l' Estat espanyol i a Catalunya tenim defensors a molts ajuntaments, a la majoria de comunitats autònomes, a més del Defensor del Poble (art. 54 CE) i del'existent a la Unió Europea. A més, moltes corporacions i empreses, bancs, universitats, societats mercantils privades etc. s'han dotat també de defensor. S'ha desenvolupat, en efecte, una creença en la utilitat de figures que exerceixen una magistratura d'autoritat i persuasió, que poden rebre queixes o actuar d'ofici, supervisen les actuacions dels òrgans de decisió, emeten resolucions amb suggeriments o recomanacions i elaboren un Informe anual com a mecanisme de publicitat de les deficiències observades. En ocasions s'han creat figures amb competències sectorials, com el Defensor del Menor, quan no s'ha dedicat un adjunt, com és el cas de Catalunya-.
D'altra banda, la fugida de l'Administració cap a formes d'actuació sotmeses al dret privat, però sobre tot el procés de privatització de serveis públics, ha comportat una reformulació de l'objecte de control administratiu, més atent a la funció desenvolupada que a la titularitat (companyies que presten serveis d'interès públic com la llum, la telefonia, l'aigua, el gas, el servei postal, etc.) davant la qual cosa troba un nou sentit la possibilitat d'actuació del Defensor del Poble i figures afins a la defensa dels drets dels ciutadans. El mateix cal dir de la utilització de fórmules com la de les administracions independents, creades per una llei específica. 
A aquests Defensors els hi compete vetllar pel respecte dels drets fonamentals en el funcionament de l'Administració Pública. Amb la Constitució de 1978, la figura que ens ocupa s'insereix en un ordenament jurídic en el qual ja existia la jurisdicció contenciosa administrativa i especialment el Ministeri Fiscal, encarregat de promoure l'acció de la justícia en defensa de la legalitat i dels drets de els ciutadans. Al costat dels mecanismes tradicionals, àmpliament reconeguts en el text constitucional de 1978, el Defensor del Poble pot exercir avui una funció de protecció més efectiva dels drets dels ciutadans, especialment en els casos en què l'actuació administrativa sigui lenta o ineficaç i per tant produeixi una lesió dels mateixos, o en aquells supòsits en què la lentitud de la resposta judicial pot possibilitar una acció útil d'aquesta institució, normalment més àgil, i menys formalista. Llàstima que en alguna ocasió s'ha deixat endurs per obsessions personals que han deslluit el seu important paper.
Al llarg dels anys de vigència del text constitucional s'ha consolidat la figura de l'ombudsman tant a l'Estat central com en les diverses comunitats autònomes que s'han dotat d'aquesta institució. Ha augmentat el coneixement de les mateixes i s'ha clarificat la seva funció protectora dels drets fonamentals en el funcionament de l'Administració, com dues cares d'una mateixa moneda. No obstant això l'adaptació a l'Estat autonòmic exigiria reformar l'art. 12 de la Llei Orgànica del Defensor del Poble, que atorga unes competències exorbitants al Defensor del Poble estatal, en relació als de les comunitats autònomes, la qual cosa s'ha intentat arreglar per la via dels convenis i de la pràctica entre les dues institucions. 
Cal dir que el Defensor del Poble ha tingut algunes friccions institucionals, especialment amb el Síndic de Greuges de Catalunya, potser més per casos de rellevància política i simbòlica, que a la gestió diària, que s'ha anat coordinant per mitjà de reunions de treball i de convenis. Un punt àlgid va ser la impugnació de l'art. 78.1 de l'Estatut d'Autonomia de Catalunya, resolt a la STC 31/2010, de 28 de juny, f. j. 33 i que declara inconstitucional l'incís "amb caràcter exclusiu", entenent que el Defensor del Poble té competència per investigar qualsevol administració. En el mateix sentit es pronuncia la STC 137/2010 de 16 de desembre, f. j. 7. D'aquesta manera ha deixat sense efecte la previsió de l'exclusivitat de la competència del Síndic de Greuges per supervisar l'activitat de l'Administració de la Generalitat de Catalunya. I per tant tots dos ombudsmen tenen competències sobre aquesta matèria. El Defensor del Poble estatal continua podent intervenir a les administracions locals en concurrència amb el Síndic de Greuges. El ciutadà afectat pot triar davant qui vol interposar la seva queixa. L'Estatut també preveu "la col · laboració amb els defensors locals de la ciutadania" (art. 748.4 EAC), que a Catalunya ja comencen a tenir un desenvolupament important, com hem indicat anteriorment.
Entre les funcions que desenvolupa, per dur a terme la comesa acabat d'esmentar, destaca la estudiar queixes presentades pels ciutadans (encara que en ocasions també actua d'ofici), i així emetre resolucions després de supervisar l'activitat administrativa, realitzant suggeriments, advertiments i recordatoris per a un millor funcionament de l'Administració, així com propostes de modificació de resolucions administratives, actuacions o normes, però sense que pugui anar més enllà d'una magistratura d'autoritat. Pot realitzar també advertiments, recomanacions i recordatoris a funcionaris i autoritats. Quan no es faci cas de les mateixes, es pot adreçar al funcionari competent o màxima autoritat de l'organisme corresponent, i si així tampoc se li fa cas, inclourà els fets en l'informe anual o especial.
En ocasions les resolucions d'aquests òrgans propsen nous criteris per a una actuació diferent per part de l'Administració Pública, de cara al futur. Pel que fa a la defensa dels drets fonamentals cal tenir en compte que només el Defensor del Poble estatal pot interposar tant el recurs d'empara com el recurs d'inconstitucionalitat davant el Tribunal Constitucional (art. 162.1 CE). El paper del Defensor del Poble en els processos tant d'empara com d'inconstitucionalitat ha de deixar sempre fora de perill la Magistratura d'opinió que exerceix en relació amb el funcionament de l'Administració, sent dos àmbits de competència que han de complementar-se correctament per a no mostrar davant l'opinió pública una actuació parcial i partidista sinó realment defensora dels drets dels ciutadans.
D'altra banda, les funcions dels ombudsmen són avui rellevants, com a supervisor de l'administració pública, més enllà de la titularitat pública o privada dels serveis que ha de analitzar. La coordinació entre ombudsmen és un repte important per augmentar l'eficàcia i l'eficiència d'aquestes institucions. I per finalitzar diré que el seu treball és també molt rellevant per lluitar per unes bones pràctiques administratives, i un augment de la transparència en l'actuació pública.
Cal que defensem aquestes figures, no tan sols per criteris de salut democràtica, sino per a reivindicar una actuació dels poders públics més enllà del mer compliment de les lleis. Anar més enllà vol dir lluitar per a que els gestors públics no caiguin més en el servilisme polític, en la prepotència ni en la impunitat. I per a que això sigui possible, cal que els titulars d'aquests òrgans com és obvi no es deixin endur pels mateixos mals que han de perseguir. En tot cas, la recentralització que proposa el PP si és només per questions econòmiques, podria començar per redefinir el paper excessiu que se li ha atribuit fins ara al Defensor del Poble, que no es troba al text constitucional. Com tantes altres coses, un invent més de la paranoia madrilenyista.